Reflexión de la Oración Joven, del miércoles 31 de agosto de 2022 y escrita por Cristiana Cuadrado, sobre el Evangelio que se proclamará el domingo 04/09/22: Lc 14, 25 – 33
En este evangelio Jesús nos enseña que ser su discípulo y seguirlo es un compromiso serio basado en amarle a Él por encima de todas las cosas, lo cual no es tarea fácil, ya que hay muchas cosas que pueden aparentar ser más importantes y a las que cuesta mucho renunciar por Él. Al final lo que Jesús nos pide es entregar nuestra vida por amor, salir de nosotros mismos, de nuestras, apetencias, gustos, manías… y darnos por entero a Él y a los demás.
Pero como sabiamente dice Jesús en el evangelio, sin unos cimientos no podremos llevar a cabo esta misión, con esto se refiere a la base que tiene que tener nuestra vida para poder entregarla por completo, la fe y el amor a Dios, nuestra relación con Él antes que con cualquiera. Y yo creo que a todos nos ha
pasado preguntarnos cosas como: ¿Cómo puedo tener una relación con Dios, si no lo veo, no lo escucho, muchas veces no lo siento, o incluso nunca lo he llegado a sentir?, ¿Cómo puedo mejorar una relación a veces tan fría y tan lejana? Pues como siempre Jesús ya pensó en este problema y estas dudas antes, y por eso nos hizo increíbles regalos como la Eucaristía, en la que se queda con nosotros físicamente presente, o la confesión, en la que podemos sentirnos perdonados y amados. Mantenerse cerca de estos sacramentos es fundamental para tener una relación fuerte con Jesús, y no solo cuando toque o como decimos nosotros, «cuando sea obligatorio» sino siempre que podamos, y cuanto más los vivamos, mejor los entenderemos y más los valoraremos al darnos cuenta de cuánto nos quiere Dios al dejarnoslos.
Además de los sacramentos Jesús también nos dejó toda su vida escrita a través de los 4 evangelistas, para asegurarse de que si queremos, tengamos medios para conocerle bien y saber cómo es. Leer y reflexionar sobre el evangelio de cada día es una muy buena manera para mejorar esta relación tan importante, aunque parezca una tontería leer un pequeño texto, puede cambiar mucho tu forma de vivir la fe. A mí personalmente fue lo que me impulsó poco a poco a valorar mucho más todos los demás regalos de Dios. Porque al final cuando tienes un amigo, sabes de su vida y te cuenta las diferentes cosas que le van ocurriendo, pues en este caso Jesús hace lo mismo, nos deja toda su vida a través del evangelio.
Ahora si quieres y si te ayuda, puedes pensar en tres preguntas
- ¿Cómo es mi relación con Jesús ahora mismo?
- ¿Qué cosas estoy haciendo para estar más cerca de Él?
- ¿Qué estoy dispuesto a hacer para conocerle mejor y quererle más?
Dejamos un momento de silencio
Como hemos visto Jesús nos dice que para ser buenos seguidores suyos tenemos que estar muy unidos a Él, y que solo así podremos realizar bien la tarea a la que hemos sido llamados ¿Cómo tenemos que llevar a cabo esta misión de entrega por amor? Tenemos que seguir el ejemplo de Jesús, Él vivía por y para los demás, sanando enfermos, alimentando a la gente, enseñándoles… se desprendía de todo, ni siquiera se daba mucho tiempo para descansar porque prefería dedicarlo a los demás, y seguramente aunque muchas
veces le pudiera costar por el hambre, el sueño o el cansancio acumulado, siempre estaba atento al prójimo, escuchaba los problemas de la gente y se preocupaba por todos dejándose a si mismo para el ultimo lugar, y todo esto sin descuidar su relación con su Padre, la cual le daba la fuerza y la capacidad para esta entrega tan grande.
Hoy en día el mundo no valora la entrega, ni la dedicación al prójimo, y lo que se vende como «la felicidad» es justo lo contrario, se nos vende la idea de vivir para autocomplacernos de forma egoísta, teniendo lo que nos apetezca al momento, y esto sólo nos destruye por dentro y nos va haciendo cada vez más infelices, porque somos Hijos de Dios y estamos creados para amar, y solo esto nos dará la felicidad. Una experiencia que me ha hecho ver esto de forma muy clara este
verano fue ser voluntaria en la Peregrinación Europea de Jóvenes, como muchos aqui ya saben, durante esos dias trabajamos mucho y dormimos muy poco, fueron unos dias realmente agotadores en los que me sorprendió la alegría de todos los voluntarios y que no nos costara sonreír a los peregrinos, porque aunque estuvieramos conpletamente agotados físicamente, por dentro, aunque parezca imposible, sentiamos una felicidad inmensa al servir a los demás.
Y esta es otra razón importante para tener una fe fuerte y una buena relación con Dios porque como a Él le pasaba, va a haber mucha gente en contra de nosotros, y vamos a tener que ir contra corriente sin dejarnos llevar por lo que vende el mundo, y esto sólo se consigue de la mano de Dios.